Almassora transforma su plaza Mayor y su entorno con mayor accesibilidad peatonal y sin tráfico rodado

El Ayuntamiento de Almassora ha presentado la remodelación de la plaza Mayor de la Vila y su entorno con un presupuesto que alcanza los 450.000 euros y que tiene un plazo de ejecución de seis meses. Así lo ha desgranado esta mañana la alcaldesa, Merche Galí, tras la finalización del proyecto que cuenta con financiación de la Unión Europea al 50% a través de los fondos FEDER.

Galí ha incidido en que el proyecto seguirá la línea de la primera fase, ya ejecutada en la plaza de la Iglesia y la calle San Joaquín, en un entorno histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Es por ello que los técnicos municipales han trasladado el informe arqueológico a la Conselleria de Patrimonio para que autorice las obras y los materiales previstos, al igual que ocurrió en el primer tramo.

El ámbito de actuación de estas obras afecta también al entorno de las dos plazas: las calles San Miguel, San Cristóbal, San Roque, Virgen de los Dolores, Virgen de la Luz y la travesía de José Jimeno. Todo ello supone actuar en una superficie de 2.200 metros cuadrados. Son viales de conexión entre las dos calles principales, San Joaquín y San Vicente, que cruzan el casco histórico con una longitud aproximada de 60 metros.

La remodelación de la Vila en la fase II continuará la apuesta por la movilidad urbana sostenible, sobre todo en lo que representa a la accesibilidad peatonal y la eliminación del tráfico rodado, un hecho que eliminará también las barreras arquitectónicas en todo el tramo. El nuevo pavimento antideslizante ofrecerá una sensación de más amplitud y un único nivel tanto en la plaza como en la calle para eliminar así los obstáculos que suponen las aceras actuales y las caídas que provocan, sobre todo entre gente mayor.

El código de pavimentado será el mismo que el utilizado en la primera fase con la pretensión de destacar datos que la mayor parte de la población desconoce, como son los edificios catalogados de la Vila, los dotacionales y aquellos con interés arqueológico. Además, la intervención permitirá también renovar la red de suministro de agua potable al sustituir las conducciones más antiguas de fibrocemento por otras de polietileno y de mayor sección. La red eléctrica, de gas y de telecomunicaciones prolongará la canalización que quedó lista en previsión durante las obras de San Joaquín.

La alcaldesa de Almassora ha resaltado que la intervención aumentará el valor de las viviendas del casco histórico al mejorar el conjunto “con una apuesta decidida por la accesibilidad, la eliminación de barreras arquitectónicas y la priorización de peatones para mejorar la vida diaria en el barrio”.