Castelló transita de manera firme hacia una economía baja en carbono de la mano de los proyectos que está materializando la ciudad gracias a la inversión europea, que en sus diferentes programas y convocatorias supera los 47 millones de euros, cofinanciados por el Ayuntamiento. Sólo los nuevos carriles bici y corredores ciclopeatonales implementados a través de los Fondos FEDER, junto a la renovación integral del alumbrado urbano y la apuesta por los vehículos municipales de bajas emisiones, suponen ya una reducción anual en la ciudad cercana a las 8.000 toneladas de dióxido de carbono, el equivalente a plantar más de 300.000 árboles.Una cuantía que se incrementará notablemente cuando finalicen otras actuaciones de sello europeo ya en marcha, como la remodelación de la avenida Lidón, donde las emisiones de CO2 caerán de forma global en un 40% en su kilómetro y medio de trazado; o la futura Zona de Bajas Emisiones, que prevé rebajar la contaminación por encima de un 80%, así como la remodelación peatonal de la plaza de la Paz.Gran parte de la inversión europea que ha llegado a la ciudad en los últimos cuatro años "se ha dirigido a diseñar proyectos de movilidad sostenible, con el refuerzo del uso de la bici como eje y el fomento del transporte público", y en general a promover actuaciones que allanen la transición hacia una economía baja en carbono "y a disfrutar de una atmósfera más limpia y una ciudad más saludable y sostenible", ha explicado la alcaldesa, Amparo Marco.Castelló, en el marco de su Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI) cofinanciada al 50% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), ha destinado más de la mitad de los 20,2 millones de euros que engloba a proyectos con impacto ambiental: más de 11 millones de euros. De ellos, 6,7 millones de euros del presupuesto van destinados a financiar proyectos tendentes a conservar y proteger el medio ambiente y a promover la eficiencia de los recursos; y 4,6 millones de euros a facilitar la transición hacia una economía baja en carbono en todos los sectores.En este último bloque se insertan las operaciones de ampliación de la red ciclista de Castelló, que evitarán la emisión a la atmósfera de 310 toneladas de CO2 al año. Son casi 10 nuevos kilómetros: 5 de ellos distribuidos entre los tres tramos habilitados en Ciudad del Transporte, Casalduch y Gran Vía; 800 metros en la calle Pascual Asensio y casi 4 kilómetros en el renovado Camí La Plana.Además de la apuesta por la movilidad sostenible, se han desarrollado otros proyectos de impacto ambiental como es la sustitución con tecnología LED de la totalidad del alumbrado urbano (10% en el marco de EDUSI y el 90% a través del IDAE, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía). Son alrededor de 25.500 puntos de luz -en sendas operaciones cofinanciadas por FEDER- que librarán a la atmósfera de 7.500 toneladas de dióxido de carbono y reducirán notablemente la contaminación lumínica, según los indicadores estimados por las áreas técnicas responsables de las dos actuaciones.Otro de los proyectos que apuestan por una economía baja en carbono es la renovación de la flota municipal de vehículos con 19 nuevos turismos, furgonetas y ciclomotores 100% eléctricos y de bajas emisiones que evitan 25 toneladas de CO2 al año. Castelló ha instalado además con inversión europea cinco puntos de recarga para vehículos eléctricos. "Todo ello sin olvidar la apuesta por el transporte urbano, mejorando la accesibilidad de las paradas de bus y la información en tiempo real que reciben las personas usuarias a través de paneles inteligentes instalados en 41 puntos de la red local", ha resaltado Marco.La apuesta por la movilidad sostenible en Castelló se plasma, por otro lado, en actuaciones programadas para el futuro más inmediato como el de pacificación del tránsito rodado en la plaza de la Paz y su entorno, uno de los accesos principales al casco antiguo, donde se prevé, junto a la limitación del tráfico, un nuevo carril bici que enlace y prolongue el existente en la calle Herrero. Esta actuación está incluida en EDUSI y su objetivo es reducir la huella de carbono al fomentar la circulación de peatones, de bicicletas y del TRAM, con el reto de lograr una ciudad ambientalmente sostenible.A través de un diseño actual y abierto, la operación ganará espacio para el peatón e incorporará materiales de kilómetro 0, como el pavimento cerámico, para contribuir a la reducción de las emisiones de CO2.A la inversión canalizada a través de EDUSI se suma otro macroproyecto con impacto ambiental como es la Zona de Bajas Emisiones, financiada a través del Plan de Recuperación y Resiliencia Next Generation, que contempla la ampliación de las áreas peatonales y más carriles bici. La previsión es dejar que solo circulen 10.060 vehículos (de los más de 50.000 actuales) por esta supermanzana de 745.000 metros cuadrados para rebajar la contaminación por encima de un 80,50% y aminorar también la saturación acústica.También contribuirá a la reducción de emisiones de dióxido de carbono el futuro corredor verde, ciclista y peatonal de la avenida Lidón, financiado por FEDER: caerán en un 40% de forma global en todo el trazado, de 1,5 kilómetros, y llegará hasta el 80% en algunos tramos del vial.