La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Castelló presenta hasta enero la obra de la fotógrafa andaluza Rocío López que, bajo el título de 'Molka', pretende denunciar las grabaciones ilegales realizadas con dispositivos móviles o cámaras espía que violan la intimidad de las mujeres en espacios públicos. La concejala de Cultura y Feminismos y LGTBI, Verònica Ruiz, ha acompañado esta mañana a la autora y al comisario, Daniel Belinchón, en la apertura de la muestra.Como antesala de las actividades programadas alrededor del 25-N, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la muestra presenta una serie de imágenes, segmentadas, obtenidas durante las diferentes investigaciones (con la ayuda de detectores especiales para localizar este tipo de aparatos y app específicas) de cámaras ocultas en los lugares por los cuales la ciudadania transita diariamente. Este tipo de grabaciones no son solo realizados en tiendas de ropa, sino que los medios de transporte, los baños públicos, las habitaciones de hotel, los vestuarios de los gimnasios y un larguísimo etcétera también se convierten en el escenario idóneo para traspasar la línea de privacidad ajena.La concejala de Cultura y Feminismos y LGTBI, Verònica Ruiz, ha destacado que "exposiciones como esta son necesarias para visibilizar que hay muchos tipo de violencia contra las mujeres, y que la vulneración y robo de nuestra intimidad en el día a día es una muy real". "La concienciación también llega a la ciudadanía desde el arte, desde una cultura que nos hace abrir la mirada, más crítica y que nos hace andar hacia una verdadera democracia", ha señalado.La fotógrafa explica que este trabajo surge de su propìa experiencia en el probador de una conocida cadena textil. Alguien decidió grabarla mientras se probaba ropa. La búsqueda incesante de un video o de una foto donde apareciera esta grabación la llevó a ser consciente de la cantidad de mujeres —menores en un alto porcentaje— que diariamente son grabadas sin su consentimiento para colgar a posteriori esas imágenes en la pestaña "probadores" de cualquier página porno.López señala que esta es una prueba de la unión desafortunada entre una tecnología que se desarrolla muy rápidamente, una cultura que evoluciona lentamente y una industria pornográfica que se embolsa miles de millones cada año a expensas de la violación de la intimidad de mujeres anónimas.