El Ayuntamiento de Castellón aprobó ayer en el pleno correspondiente al mes de octubre una nueva ordenanza municipal que supone una revolución fiscal. Carrasco y su equipo de gobierno calculan que la rebaja de impuestos que llevarán a cabo desde el consistorio servirá para que la población castellonense ahorre casi 4 millones de euros. Estas rebajas vienen determinadas por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), con un 4 %, “sin que afecte a la calidad de los servicios públicos”, según el comunicado de prensa; el impuesto de la Plusvalía sumado a la bonificación ‘mortis causa’ que pasará del 25 % al 50 %; y la suspensión total durante el siguiente curso de la tasa de ocupación de la vía pública que influirá a 750 terrazas de comerciantes y hosteleros de la ciudad.Por otro lado, el consistorio también asume la tasa de más de un millón y medio de euros de Reciplasa sin modificar el impuesto de la tasa de basura. Juan Carlos Redondo, concejal de Hacienda, ha puntualizado que dicha revolución fiscal entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2024. “Esta modificación de los impuestos es el primer paso que haremos desde este gobierno durante los 4 años de mandato sin que se vean afectados los servicios públicos municipales, ayudando a las familias castellonenses a ahorrar más de 3,6 millones de euros”, ha afirmado Redondo. El edil de Hacienda expone que esta rebaja fiscal también ayuda a las pequeñas y medianas empresas, pues indirectamente se les añade liquidez.