La gestión de la pandemia del coronavirus o la aprobación en julio de los presupuestos han sido los principales ejes del Debate sobre el Estado de la Ciudad de Castelló, el primer pleno extraordinario físico que se ha celebrado tras el Estado de Alarma. Mientras que el equipo de gobierno – PSOE, Compromís y Podem-EUPV – ha defendido un trabajo en pro de la ciudadanía donde “Castelló ha estado por encima de todo”, ha señalado la alcaldesa, Amparo Marco, los partidos de la oposición han calificado el periodo cono “en punto muerto” o sin un liderazgo fuerte.Tras tomar conocimiento de la renuncia del socialista Rafa Simó como concejal por su nuevo cargo como residente de la Autoridad Portuaria de Castelló, el debate ha girado entorno al tema estrella: la pandemia del coronavirus. “El capítulo más catastrófico en los últimos 45 años de historia, con 1.133 ciudadanos que se han contagiado y 52 que han perdido la vida, a cuyos familiares enviamos nuestro pésame”, ha destacado la alcaldesa, Amparo Marco.La primera edil ha reconocido que se trata de uno de los momentos más difíciles de la historia y que ha podido haber errores, aunque, ha explicado, las acciones se han realizado “desde el minuto uno” y “pensando en los ciudadanos”. Así, se ha referido a la aprobación de un crédito de 20 millones de euros y su ampliación con otra póliza de 30 millones para aplazar los pagos de impuestos, al Plan Contrata de empleo o al Plan de Inversiones de Reactivación Económica.Además, también ha puesto énfasis en la batería de acciones sociales, donde ha sido clave destinar el 20% del superávit a gasto social o el incremento de hasta 30.000 euros para el Banco de Alimentos en un momento de más necesidad que nunca entre los vecinos y vecinas de Castelló.Pese a ello, la oposición ha considerado que no ha sido suficiente. Es el caso del concejal de VOX, Luciano Ferrer, que considera que los autónomos, comerciantes, pequeños comerciantes y hosteleros han estado “abandonados” por parte del consistorio en esta crisis.Tanto Ferrer como el PP y el concejal de Ciudadanos, Alejandro Marín-Buck, han coincidido en la crítica por la subida de sueldos del equipo de gobierno y en la aprobación “tarde” de los presupuestos municipales. “Se han acomodado en el sillón imponiendo un Código de Buen Gobierno con una gestión semiconfinada”, ha valorado Marín-Buck, que ha añadido que el Plan General probablemente no llegue a ver la luz en esta legislatura tras la aprobación de los presupuestos en julio.Ante esta posición, criticada especialmente por la líder del Partido Popular, Begoña Carrasco, Marco ha defendido su corporación: “No está bien tener los presupuestos el 30 de julio, pero no ha pasado solo aquí. Puede preguntárselo al ayuntamiento de Alicante [cuyo alcalde, Luis Barcala, es ‘popular’]”.Por su parte, Carrasco, portavoz del PP, ha dirigido sus críticas especialmente a la “falta de ambición”, ya que, ha explicado, cree que en Castelló ha faltado una figura de liderazgo más fuerte. Pese a coincidir en que la situación era muy complicada, “a la ciudad le falta ambición, liderazgo y protección con este equipo de gobierno” y no tanto “subidas de sueldo o aumento de asesores”, ha defendido.David Donate, portavoz de los socialistas, ha defendido que el ayuntamiento ha jugado “un papel fundamental” en este periodo y que ha respondido de manera “ejemplar”, “con antelación, transparencia, honestidad y responsabilidad”. Además, ha dicho al bando ‘popular’ que el equipo de gobierno no comparte su programa fiscal: “Mientras que ustedes critican que no se hayan bajado los impuestos, nosotros no estamos dispuestos a afrontar la situación sin recursos [gracias a los impuestos] cuando aquellos que tienen capacidad para pagarlos pueden ayudar a quienes no la tienen”.