La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, se ha reunido esta mañana con la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló, para abordar las recomendaciones sanitarias para la ciudad ante la semana de la no Magdalena, cuyas fiestas están suspendidas. Un encuentro telemático durante el que Marco ha trasladado a la consellera su preocupación ante el previsible incremento de la movilidad durante esa semana tan señalada, y su inquietud de que se cree un ambiente festivo que pueda derivar en situaciones de riesgo, como así se lo transmitió el sábado al presidente de la Generalitat, Ximo Puig."La semana en la que hubiéramos celebrado la Magdalena coincide en el tiempo con el levantamiento de restricciones autonómicas, y eso nos preocupa porque puede aumentar la movilidad", ha explicado Marco. "Además, tememos que haya celebraciones en el ámbito público o privado, pese a que estén suspendidas las fiestas, por lo que estamos preparando un dispositivo de seguridad especial para afrontar la próxima semana con la máxima prudencia y evitar que se generen situaciones de riesgo sanitario que supongan un paso atrás en los esfuerzos individuales y colectivos para frenar la curva de los contagios por la covid-19", ha insistido Marco. "Volvemos a pedir prudencia y responsabilidad a la ciudadanía, y colaboración a la Generalitat, para afrontar con la máxima normalidad posible la semana de la no Magdalena durante la que están suspendidas las fiestas", ha apuntado.La consellera de Sanidad, por su parte, ha reiterado la recomendación de que la semana del 8 al 12 de marzo sea lectiva en Castelló, insistiendo así en el mensaje que ya lanzó el presidente de la Generalitat el jueves pasado en el que remarcó la necesidad de evitar un ambiente festivo que pueda derivar en situaciones de riesgo sanitario. Unas recomendaciones que la responsable de Sanidad ha hecho durante la reunión y que ha trasladado también por escrito al Ayuntamiento.En este sentido, cabe señalar que desde Sanidad se han constatado repuntes de contagios en municipios que han pasado ya por su semana o días de fiestas, pese a que estas estuvieran suspendidas. Un incremento de casos que se achaca a celebraciones o encuentros que se mantienen pese a que las fiestas en sí estén oficialmente canceladas.