Las calles Germanías, Rosell y Pedro Aliaga de Castellón ya lucen nuevo pavimento dentro del segundo tramo de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), un proyecto que sigue transformando el centro urbano paso a paso. En este punto, las obras se multiplican en el corazón de la ciudad para cumplir los plazos previstos y reducir las molestias para los vecinos y el tráfico.
Trabajos actuales
Tal y como ha detallado el Ayuntamiento, los trabajos han avanzado "con rapidez". Así, la acera norte de la calle Dolores está completamente demolida y hormigonada, lo que ha permitido iniciar la colocación del adoquín en el tramo comprendido entre la avenida del Rey y la Ronda.
En paralelo, en la calle Echegaray los operarios concentran su actividad en la acera sur, mientras que en Trullols la parte oeste ya está adoquinada y se progresa en el lado este. Por su parte, en la calle Fola, los preparativos para colocar el adoquín en la acera sur ya están en marcha.
A su vez, en Amadeo I, los trabajos de pavimentación se han completado y esta misma semana comenzará la colocación de la nueva señalética. En este sentido, durante los próximos días también se instalará el sistema de riego por goteo para las nuevas zonas ajardinadas y se procederá a colocar el mobiliario urbano. Con ello, se busca dar forma definitiva a la imagen renovada, que combinarán "pavimentos más amables con espacios verdes y accesibles".
Cierre del Parking Goliat
Uno de los efectos colaterales del avance de las obras es el cierre temporal del Parking Goliat, que desde el lunes permanece inoperativo por la ejecución de los trabajos. Para evitar problemas de aparcamiento, el Ayuntamiento mantiene habilitado el Recinto de Ferias y Mercados (REFEYME) como espacio alternativo para estacionar. El acceso se realiza por la calle Caminás, frente al centro comercial Carrefour.
Esta solución pretende absorber la demanda de vehículos durante el tiempo que duren las obras, aunque desde el consistorio se recuerda que el recinto no estará disponible los días en que se celebren eventos o ferias. La medida, según las mismas fuentes, forma parte de un plan de movilidad temporal que se irá adaptando conforme avancen las distintas fases del proyecto.
Transformación urbana
El proyecto de la Zona de Bajas Emisiones forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado con fondos europeos, y se enmarca en una estrategia más amplia "para hacer de Castellón una ciudad más sostenible", reconoce el Ayuntamiennto. El desarrollo pretende reducir el tráfico en el centro, favorecer la movilidad peatonal y ciclista, e incrementar los espacios verdes y las zonas de descanso.
Además de la mejora estética, la actuación conlleva una modernización de las infraestructuras subterráneas —desde canalizaciones y drenajes hasta instalaciones de alumbrado—, lo que permitirá una mayor eficiencia energética y una reducción del mantenimiento a largo plazo.
Si todo transcurre según lo planificado, fuentes municipales explican que la segunda fase de la Zona de Bajas Emisiones podría concluir antes de final de año. El resultado final, apuntan, será un centro más amable, con calles renovadas, zonas verdes conectadas y una movilidad pensada para las personas. Una transformación que, aunque temporalmente cause algunas incomodidades, marcará un cambio visible en la forma de moverse y vivir la ciudad.