La Vila de Almassora se sumerge desde esta tarde en el ambiente medieval propio de la Fira de Sant Andreu para celebrar los 20 años de trayectoria del evento. El frío acompañará este evento que, tras la suspensión por COVID del año pasado, regresa con medidas de seguridad para vendedores y público a escasas semanas de la Navidad.La feria medieval toma las calles del casco antiguo con 65 puntos de venta y 40 actividades previstas para rememorar los orígenes de la ciudad desde la plaza de la Picaora hasta el Raval y la plaza de la Iglesia. A la ambientación habitual sumará en esta ocasión los dispensadores de gel hidroalcohólico y el control de accesos desde las entradas más amplias para evitar aglomeraciones.La suspensión del año pasado ha llevado a la organización a multiplicar los esfuerzos para evitar la acumulación de público motivada por las ganas de volver a disfrutar de la feria medieval, uno de los eventos de mayor popularidad del calendario festivo local. Así lo ha indicado el concejal de Cultura, Javier Mollá, a escasas horas de iniciar una feria que incluirá casetas separadas por dos metros de distancia y la obligatoriedad de utilizar mascarilla en todo el recinto, tanto para los visitantes como para los propios vendedores.La inauguración prevista para las 18 horas permitirá a la corporación municipal recorrer un casco antiguo adornado para la ocasión en el que no faltan las banderolas, iluminación y atuendo para replicar el pasado e invitar a las compras navideñas. Es por ello que los puestos ambulantes abrirán hoy hasta las 22 horas y durante el fin de semana estarán operativos de 10 a 22 horas. Por su parte, los espectáculos se distribuirán en los tres días a excepción de la franja entre las 14 y las 17 horas para el descanso.El resto de las jornadas fomentarán la convivencia de la representación de oficios y la artesanía medieval con los paseos a caballo, desfiles de época, recreaciones de batallas y campamento de soldados o demostración de armas. Los más pequeños disfrutarán de sus respectivas actividades infantiles con teatro de marionetas, talleres, bufones y juglares. El circo y las actuaciones musicales en directo completarán un recinto en el que también participan asociaciones locales con sus casetas, atuendos y artículos de la época.“Animamos a volver a disfrutar de esta feria tan esperada después de la suspensión de 2020 y a disfrutar de las actividades programadas con responsabilidad para poder seguir reduciendo la curva de contagios”, ha declarado Mollá. El edil ha hecho un llamamiento al cumplimiento de las normas de seguridad durante las tres jornadas pese a tratarse de un espacio abierto.