Cada vez se recicla más cantidad y tipos de residuos en los contenedores de los municipios de Castellón, pero el objetivo es que empresas y vecinos y vecinas caminen de la mano y den un paso más para que estos no acaben en vertederos y en el mar. Así lo defiende el presidente de Reciplasa, Ignasi Garcia, que destaca el papel de los educadores y educadoras ambientales para conseguir el gran objetivo de los próximos años: transformar cómo tiran la basura medio millón de castellonenses.En 2020, cada uno de los cerca de 373.000 habitantes de los 47 municipios del Consorcio C2 ha generado 1,12 kilogramos de media al día de residuos sólidos urbanos, que son los que se tratan en la planta de Reciplasa, a los que habría que sumar las distintas fracciones que se separan en origen como el papel, envases o vidrio. Esto supone que cada día estos vecinos y vecinas han producido 419 toneladas que tienen que ser tratadas en las instalaciones de Reciplasa, mientras que en 2019 fueron 441.Y es que en el último año se ha dado un paso más en esta separación de residuos. Según el balance del 2020 de Reciplasa, se han tratado 156.060 toneladas de residuos sólidos urbanos, lo que supone una reducción del 3% respecto al año anterior, en el que se trataron 160.991. Una cifra global que muestra el cambio, aunque “si vas municipio a municipio, la cosa varía y eso es muy interesante”, señala Garcia.El también concejal de Reciclaje de Castelló y diputado provincial de Ciclo integral del Agua, Renovables, Residuos y Reciclaje de la Diputación de Castellón destaca el caso de la capital, en la que se ha registrado un 8% menos de residuos junto a un incremento del 11% de la recogida selectiva. Además, se ha triplicado el número de ecoparques móviles y se ha duplicado el de contenedores de recogida selectiva. Ahora, sus educadores ambientales reparten miles de packs de bolsas compostables y cubos para tirar la basura orgánica en el contenedor marrón, con el reto de llegar a los 60.000 packs en 2024. Y es que para Garcia esta figura es esencial en la campaña de concienciación que provoque un cambio real acorde a las directrices de la Unión Europea, que marca que un 10% de los residuos, como máximo, acabe en los vertederos en 2035. “Ese contacto individual es fundamental y lo hemos comprobado en Castelló, donde entre septiembre y noviembre se duplicó la cantidad de residuos separados en el contenedor marrón. Aunque la pandemia ha dificultado esta campaña, cada vez vemos más personas con dudas sobre dónde deben tirar un producto que acuden a estas personas, incluso con libretas para tomar nota”. “Hay mucha gente que no sabía que estaba tirando algunas cosas mal y ahora se da cuenta y lo rectifica”, añade.En este sentido, el presidente de Reciplasa apela a la reflexión tanto de vecinos y vecinas como de empresas, grandes productoras: “La recogida de basura es algo muy injusto en el capitalismo, porque hay una persona que fabrica un producto, se lo vende a otra y ese residuo al final no gestionamos entre todos. La filosofía de ‘quien contamina, paga’ está totalmente desdibujada, entonces la legislación intenta que estas empresas se hagan cargo de sus propios residuos y si ellas hacen ese cambio, avanzaremos mucho. Eso sí, hay empresas que están haciendo un gran esfuerzo por conseguirlo”.“Tenemos que ser conscientes de que lo que hacemos tiene unas consecuencias. Yo siempre pongo el mismo ejemplo. En los 60, los coches tenían un pequeño cinturón solo en la cintura y en los asientos delanteros y no tenían reposacabezas. Después, los cinturones ya nos protegían desde el pecho y los asientos protegían también el cuello. Al final, es obligatorio llevarlo y se han hecho campañas para informar de que si no te lo pones te sancionarán, hasta el punto de que pueden quitarte la custodia de tus hijos si no llevan la sillita adecuada. Lo que hacemos con los residuos actualmente es poner los mecanismos y la concienciación para una gestión correcta, pero al final eso tendrá un coste si no se hace bien”, insiste.Por ello, destaca que “el reto es conseguir transformar cómo tiran la basura 500.000 habitantes de la provincia de Castellón”, independientemente de su edad, municipio o gustos, en lo que queda de legislatura “y probablemente de parte de la que vienen”. Todo ello acompañado de la renovación de Reciplasa y con menos residuos que tratar en sus plantas por una mayor separación: “Necesitamos que los paquetes de los productos etiqueten perfectamente sus materiales para que esté claro dónde hay que tirarlos”.