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La reivindicación por el acceso a los servicios públicos de calidad frente a la resistencia al COVID-19: la doble cara de la despoblación

En la provincia de Castelló, el 60% de municipios está en riesgo de despoblación, por lo que sus vecinos y vecinas requieren inversiones que faciliten el acceso a servicios públicos

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En la provincia de Castelló el 60% de sus municipios está en riesgo de despoblación. La mayoría de las poblaciones en peligro de vaciarse cuenta con menos de mil vecinos, según los datos demográficos de 2019 de la Generalitat Valenciana. Una cifra que preocupa y que pone en peligro el acceso a los servicios públicos, por lo que exige más respuestas de las administraciones públicas para facilitar los derechos. Es el caso, por ejemplo, de la Diputación de Castelló, que como intermediaria entre los pequeños ayuntamientos y la Generalitat, ha defendido que esta legislatura iba a centrar esfuerzos en medidas contra la despoblación.

Fibra óptica: independientemente del lugar en el que se resida

El presidente de la Diputación de Castelló, José Martí, ha anunciado recientemente que frente a la problemática de la despoblación va a adoptar una serie de medidas como extender fibra óptica para “conseguir que el acceso a internet en las mejores condiciones esté al alcance de todos los ciudadanos, independientemente del lugar en el que vivan”. Una medida que trataría de resolver la desventaja de los vecinos y vecinas de estos municipios para poder acceder a internet, integrado en la rutina.Según lo anunciado por Martí, la fibra óptica se ampliará a 107 localidades para tener garantizado un buen acceso a la red que vaya en línea con el impulso del teletrabajo. De esta manera, muchas empresas y emprendedores podrán apostar por el interior de Castelló. Para ello, también se debe mejorar la cobertura de la telefonía móvil, pues sigue habiendo aún puntos de la provincia que están en sombra.

Nuevo modelo de financiación de atención primaria

Otro de los aspectos esenciales para mitigar los efectos de la despoblación es la promoción del acceso a unos servicios públicos de calidad. Para 2021, una de las novedades es que la Diputación estrenará un nuevo modelo de financiación de la atención primaria para los municipios de menos de 10.000 habitantes, que suponen un total de 124 poblaciones. Se destinarán 4,2 millones de euros, lo cual es “un esfuerzo económico muy importante pero que vale la pena”, según la vicepresidenta de la Diputación y diputada de Bienestar Social, Patricia Puerta.Desde el 1 de enero la institución provincial se hará cargo del coste ligado al personal de los servicios sociales y de las prestaciones de urgencia, como son las ayudas de emergencia social, para combatir la pobreza energética y de atención domiciliaria. Sus ayuntamientos podrán así garantizar una mejor calidad de este servicio.

Reivindicaciones

Pes al anuncio del aumento de la red de fibra óptica, desde los ayuntamientos de la provincia se reivindica mejorar el Plan Wifi 135. Con este motivo, el diputado de Desarrollo Rural, Santi Pérez, asegura que se planteará otro tipo de servicio para “llegar a todos”. Igualmente, otra de las demandas más solicitadas es la mejora de accesibilidad de los caminos o garantizar el abastecimiento del agua.Cabe destacar que la Diputación está aumentando la inversión en muchas de las comarcas de la provincia. Es el caso de Alto Mijares y l’Alcalatén, donde la inversión ha crecido en un 42% este año. También, la Diputación ha subido los recursos en un 45% a la comarca del Alto Palencia.

La realidad del despoblamiento

En el último año, ha descendido considerablemente el número de habitantes en 45 localidades de la provincia de Castelló, llegando a tener menos de 8 vecinos por km2, lo que supone una media muy por debajo de la media española y también de la valenciana.De los 171 municipios de la Comunitat Valenciana que se encuentran en riesgo de despoblación, según Elisa del Río, presidenta de la comisión de Medio Ambiente y Territorio, “cerca de la mitad pertenecen a la provincia de Castelló”. Y 28 de ellos, como Villores, Culla, Ares del Maestrat, Forcall o Canet lo Roig, están en alerta por un riesgo elevado.El menos poblado en toda la Comunitat Valenciana es Castell de Cabres, en la comarca de Els Ports de Castelló, donde tan solo hay 17 personas, por lo que son 0,62 vecinos por km2.El Comité Económico y Social de la Comunitat Valenciana (CES-CV) explica en el ‘Informe sobre el Medio Rural’ que la principal característica de la estructura demográfica del medio rural es su envejecimiento. Asimismo, cada vez nacen menos niños y niñas y la población prefiere vivir en zonas más cercanas a la costa. Además, coincide que en las zonas con riesgo de despoblamiento se detecta una falta de servicios públicos, una precaria red de transportes y comunicaciones y la brecha digital.Datos preocupantes que, sin embargo, también han tenido su parte positiva en el actual contexto. Según la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública, 23 municipios de Castelló, con poco porcentaje de habitantes, han sobrevivido al COVID-19 sin casos desde que comenzó la pandemia, lo que supone el 17% de los municipios de la provincia. Se trata de Vallat, Ludiente, Pavías, Matet, la Torre d’En Besora, La Torre d’En Doménec, Almedíjar, Arañuel, Torralba del Pinar, Torás, Sacañet, Puebla de Arenoso, Castell de Cabres, La Sarratella, Zorita, Fuentes de Ayódar, Espadilla, Higueras, Herbés, Vallibona, Xodos, Benafigos y Argelita, según la última actualización de la Conselleria de Sanidad, con datos del pasado 14 de diciembre.