Vila-real da un nuevo paso hacia un modelo de gestión de residuos "más equitativo y respetuoso" con el medio ambiente. El pleno extraordinario del próximo lunes aprobará la modificación de la ordenanza fiscal que regula la tasa de residuos municipales, con la mirada puesta en 2026.
La medida busca premiar las buenas prácticas ambientales, avanzar hacia el sistema de “pago por generación” y ajustar los costes del servicio a la realidad del municipio. Desde el equipo de gobierno subrayan que el cambio “no pretende recaudar más, sino hacer que cada vecino y cada empresa pague por lo que realmente genera”.
El alcalde, José Benlloch, señala que “mientras otros municipios como Burriana o Castelló aplicarán subidas del 5% en la tasa de residuos, Vila-real la congela”. Añade que el objetivo es “mantener los compromisos con las familias y seguir avanzando hacia un sistema más justo y responsable”.
En la misma línea, la vicealcaldesa y edila de Servicios Públicos, Maria Fajardo, explica que esta modificación “cumple con la palabra dada: ajustar la tasa a los datos reales y favorecer a quienes más se implican en cuidar el entorno”.
Bonificaciones para premiar el reciclaje
La nueva ordenanza introduce un paquete de bonificaciones que incentiva el comportamiento sostenible tanto en hogares como en negocios. Para los recibos domésticos, que suponen el 65% del total, se contempla una reducción del 2% para los pagos domiciliados y una bonificación del 20% para las viviendas adheridas al Programa de Inspección Técnica de Reciclaje (ITR). Este sistema requiere una declaración responsable por parte de la ciudadanía y una verificación posterior del Ayuntamiento.
También se aplicarán descuentos del 20% a los inmuebles situados en suelo rústico, del 30% a los terrenos urbanos no desarrollados y a los urbanizables no programados. En el ámbito comercial, los establecimientos que se adhieran al servicio de recogida de biorresiduos o al sistema puerta a puerta de cartón comercial podrán acceder a un 20% de bonificación. Además, se amplía de uno a tres años la validez de la auditoría de generación de residuos, una medida que simplifica la gestión para las empresas.
Las solicitudes deberán presentarse antes del 31 de marzo de cada ejercicio fiscal. “Queremos que la ciudadanía vea recompensado su esfuerzo por separar correctamente y reducir sus residuos. Quien mejor recicla, pagará menos”, apunta Fajardo, quien subraya que “es un principio de justicia ambiental y social que conecta directamente con los objetivos europeos de sostenibilidad”.
Equilibrio económico
El Ayuntamiento combina esta reforma con una rebaja del 3% en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) aprobada en septiembre, que se suma al 2% aplicado este año. En total, estas reducciones supondrán dejar de ingresar 1,2 millones de euros, una cifra que, según el gobierno local, “demuestra la voluntad de aliviar la carga fiscal de los vecinos sin comprometer la estabilidad del consistorio”.
“Durante los últimos años hemos absorbido el incremento del 50% en los costes de tratamiento de residuos, pero ya no podemos seguir haciéndolo sin poner en riesgo otros servicios esenciales”, reconocen fuentes municipales. “Esta tasa no busca recaudar más, sino cubrir los gastos reales de un servicio que beneficia a toda la ciudad. Ni un euro más”.
El Ayuntamiento, detallan, continúa implementando medidas para modernizar la gestión de residuos, como la incorporación del contenedor marrón para biorresiduos, el control del acceso al ecoparque y el despliegue del sistema puerta a puerta en el polígono industrial. “Cada paso que damos en esta materia cuenta. Hemos pasado de 0 a 100 en poco tiempo, y ahora queremos hacerlo más fácil, más justo y más sostenible para toda la ciudadanía”, afirma Fajardo.