El antiguo edificio del colegio Embajador Beltrán, de 1961, ha pasado ya a escombros después de que las máquinas de la empresa Añil Servicios, Ingeniería y Obras hayan entrado al recinto para demoler el complejo y dejar el espacio libre para las pistas deportivas. La firma calcula que esta semana concluirá la demolición, circunstancia que permite en estos momentos el retranqueo de las vallas para el paso de peatones por la zona.Un año y un mes después de que el patio del colegio acogiera la firma del contrato de obras, la maquinaria pesada de la empresa adjudicataria ha comenzado la demolición desde el cruce de las calles Santo Cristo y Caridad. Los trabajos requieren de precisión para evitar daños en el nuevo edificio al otro lado del muro de protección, así como para minimizar el polvo que levanta el derribo hacia las fincas colindantes.Es por ello que la firma encargada de la demolición destruye por partes los diferentes elementos de la construcción y, unas horas después del inicio, ya no existe la mayor parte del muro perimetral ni el ala sur del bloque. Tabiques, cristalería y escaleras han quedado reducidos a escombros después del desmontaje interior llevado a cabo a mano en los días pasados para minimizar las molestias.La alcaldesa, Merche Galí, ha visitado el recinto junto a los responsables de la obra para conocer el avance de una demolición que dará paso a la construcción de las pistas deportivas al este del nuevo recinto de 5.700 metros cuadrados, más de 3.400 metros cuadrados de los cuales están construidos y, el resto, destinados a exteriores y porches. La nueva distribución permitirá al alumnado iniciar el curso el 12 de septiembre en las aulas nuevas.Además, el avance de las obras ha permitido reabrir al tráfico la calle Caridad para descongestionar un barrio “que ha facilitado con mucha generosidad el desarrollo de las obras cediendo las calles al acopio de materiales y a la maquinaria y prescindiendo de sus garajes en algunos casos para colaborar con un proyecto imprescindible”. “Ahora he pedido a la empresa que abra el acceso por Santo Cristo en cuanto sea posible para evitar más molestias al vecindario”, según Galí.Mientras, la firma centra la ejecución de la parte nueva en el último mes de obras para dar paso a un edificio sostenible, con grandes ventanales para aprovechar la entrada de luz y ventilación natural, accesible, centrado en amplios espacios comunes y adaptado también a las necesidades de menores de dos años.