La Plaza Borrull se ha convertido estos días en un punto de encuentro para los amantes de los libros con la celebración de la 44ª Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Castellón. Los expositores, repletos de ejemplares que abarcan desde joyas bibliográficas hasta cómics o carteles de época, atraen tanto a coleccionistas como a curiosos que disfrutan hojeando entre volúmenes con historia.
La cita, organizada por el Gremio de Librerías de Lance de la Comunidad Valenciana junto al Ayuntamiento de Castellón y con la colaboración de la Generalitat Valenciana, permanecerá abierta hasta el próximo 23 de noviembre. Durante estas tres semanas, los visitantes podrán descubrir más de 50.000 obras procedentes de librerías especializadas en fondo antiguo y segunda mano.
Entre ellas, destacan primeras ediciones, revistas, folletos y publicaciones descatalogadas que, en muchos casos, ya solo pueden encontrarse en ferias como esta. En total, nueve librerías participan en la edición de este año: Herreros 24, de Castellón; Torres de Valencia; Russafa; El Asilo del Libro; La Guarida de las Maravillas; Al Tossal; Querubín; Quique; Prim y Hamburgo.
Nueva ubicación y buenas sensaciones
Una de las principales novedades de esta edición es el cambio de escenario. Tras décadas celebrándose en la plaza Santa Clara, la feria se traslada por primera vez a la plaza Borrull debido a las obras del Mercado Central. El nuevo emplazamiento, más abierto y con gran tránsito de público, ha sido bien recibido tanto por los libreros como por los visitantes.
Tal y como ha detallado el Ayuntamiento en un comunicado, los primeros comentarios de los expositores son "positivos", ya que el espacio permite una "mejor distribución" de los puestos y "favorece la afluencia de público" durante todo el día.
María España, concejala de Cultura, destacó durante su visita la buena acogida del traslado y el esfuerzo conjunto para garantizar que el evento mantuviera su atractivo habitual. “Estamos ante una feria muy querida por los lectores de Castellón y queríamos que el cambio de ubicación no afectara a su esencia”, señaló tras reunirse con los organizadores.
En su recorrido por los expositores, pudo comprobar el interés de los visitantes y el dinamismo que vive la plaza, donde se mezclan la curiosidad por los libros con el ambiente de las terrazas cercanas.
La Feria del Libro Antiguo y de Ocasión se consolida así como una de las citas culturales más longevas de Castellón, un espacio donde cada ejemplar cuenta una historia y donde el pasado editorial sigue encontrando nuevos lectores.