El Ayuntamiento de Almassora ha revalidado el galardón Bandera Sendero Azul para el recorrido de la desembocadura del río Millars que otorga la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC). Por tanto, el de Almassora se incluye en los 128 senderos azules que hay en España, lo que supone 860 kilómetros. Sin duda, se trata de un atractivo turístico de primer nivel que se engloba en la oferta que la localidad presentará este jueves, 25 de enero, en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid.Este reconocimiento destaca el compromiso de Almassora en la recuperación y puesta en valor de este itinerario paisajístico que promueve la educación ambiental y el disfrute sostenible del entorno a través de la realización de actividades recreativas, deportivas y turísticas sostenibles.La alcaldesa de Almassora, María Tormo, ha visitado el sendero, junto a la concejala de Playas, Silvana Rovira, donde ha destacado “la importancia medioambiental que supone este sendero para Almassora, siendo una pieza clave de su patrimonio natural”. “Pasear junto al Millars supone disfrutar de un momento de desconexión en un espacio de un enorme valor”, ha indicado Tormo, quien ha destacado que el sendero tiene una extensión de 9,5 kilómetros.Por su parte, Rovira ha destacado que para obtener este galardón es necesario cumplir toda una serie de criterios e indicadores, como la señalética e infraestructuras, la conservación y gestión y su uso público.
Actuaciones y conservación
Cabe recordar que el Ayuntamiento de Almassora gestiona la desembocadura del Millars mediante su participación en el Consorcio Gestor del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Millars, espacio natural que comprende también parte de los municipios de Burriana y Vila-real, por lo que la mayoría de las obras de mejora ambiental o regeneración natural de los hábitats del sendero son realizadas por el personal de mantenimiento del Consorcio. En el último año, destacan las siguientes actuaciones: riego de 150 árboles plantados en el paraje fluvial durante las actividades de educación ambiental para garantizar su supervivencia, tras la ola de calor del verano pasado; seguimiento, vigilancia y control del visón americano, que supone una amenaza para este ecosistema; o control y seguimiento de tortugas autóctonas y la retirada de la especie exótica invasora como es la tortuga de Florida.También se han llevado a cabo tareas de retirada de la antigua infraestructura de riego que contaba con centenares de metros de tubos de plástico en el paraje fluvial, así como de vegetación exótica.Itinerario
Este itinerario, a su paso por Almassora, abarca aproximadamente cuatro kilómetros, donde se pueden apreciar elementos del patrimonio hidrológico relacionados con el río, como les boqueres o les reballadores, así como los reductos de bosque de ribera que aún persisten y la fauna asociada, incluyendo la avifauna y, en los últimos años, la notable presencia de nutrias, gracias a la mejora de la calidad del agua del río y la disponibilidad de alimento.El recorrido guiado, dirigido especialmente a escolares, se divide en dos partes. En la primera, se explican los impactos humanos en el río y se lleva a cabo una recogida selectiva de residuos dispersos y, en la segunda parte, se aborda el ecosistema ribereño y sus valores ambientales mediante el juego del teléfono estropeado de la botánica y el de cartas memo de biodiversidad.Otra de las actividades es la ruta en bici también para escolares, que busca que los alumnos comprendan la problemática de los espacios naturales, la importancia de las zonas húmedas y los ríos, las figuras de protección en el área de estudio, fomentando el interés por el ecosistema fluvial y costero, y promoviendo la sensibilidad y el respeto por la conservación del paisaje.Además, al final del sendero, en la zona costera, se encuentran áreas de protección dunar que desempeñan un papel vital en la reproducción de aves marinas, como el chorlitejo y los charranes.