Entre maleza, piedras y restos del pasado, el Castillo Centinela empieza a vislumbrar su silueta original. Las labores de desbroce que se están llevando a cabo estos días en su perímetro marcan el inicio de un proceso más ambicioso: la recuperación de uno de los emblemas históricos de Benicàssim. El objetivo, según apuntan desde el consitorio, es claro: devolverle su valor patrimonial y garantizar su conservación para las próximas generaciones.
El histórico castillo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), se prepara así para el desarrollo de su Plan Director de Recuperación, un documento clave que trazará la hoja de ruta para su restauración, protección y puesta en uso. La redacción de este plan ya ha sido adjudicada y será el punto de partida para conocer a fondo el estado real del monumento, su evolución a lo largo del tiempo y las intervenciones necesarias para su consolidación.
Un plan técnico con visión histórica y arqueológica
Tal y como ha detallado el Ayuntamiento en un comunicado, el proyecto contempla un exhaustivo análisis histórico y documental, la descripción del bien y su nivel de conservación, además de propuestas concretas de actuación. No se trata solo de preservar un castillo, sino de hacerlo desde un enfoque sostenible, con criterios de intervención que respeten el entorno natural y su valor simbólico como testimonio de la historia local.
El equipo responsable de elaborar el plan está formado por una decena de profesionales —arquitectos, técnicos, historiadores y arqueólogos— con experiencia en más de treinta planes directores de recuperación de bienes patrimoniales en la Comunitat Valenciana, como el Palau-Castell de Betxí o la Torre de L’Oró en Llucena.
La labor de este equipo será "clave" para definir las fases de actuación y establecer una metodología que combine la restauración con la divulgación del monumento, apuntan fuentes municipales.
Por el momento, los trabajos de desbroce permiten avanzar en la limpieza del entorno y preparar el terreno para las futuras actuaciones. La intervención busca frenar el deterioro progresivo del castillo y facilitar su estudio técnico, un paso previo imprescindible para conocer con precisión las necesidades del monumento y definir cómo será su restauración en los próximos años.