Sucesivas olas de calor de más de 30 grados y noches tórridas que no bajan de los 20 grados, el verano de 2022 está siendo uno de los más calurosos que se recuerda desde hace décadas. Y es que, en muchas ocasiones, en los municipios del litoral de Castelló no suele bajar la temperatura de los 25 ºC ni por la noche. Sin embargo, todavía queda un oasis con temperaturas mínimas nocturnas que permite huir del asfixiante calor.
Según la Agencia Estatal de Metereología (Aemet), durante los meses de julio y agosto, el número de noches con temperaturas superiores a los 25 ºC se ha triplicado respecto a 2021. Esto imposibilita en muchas ocasiones conciliar el sueño y poder descansar como es necesario, lo que implica también problemas de salud derivados de esta falta de sueño.
Uno de los motivos que explica por qué este año estamos viviendo esta falta de “fresqueta” durante las noches de verano, puede ser que la temperatura del mar Mediterráneo llegue a principios de agosto a los 30 ºC. Los expertos indican que este fenómeno inusual impide que la brisa marina llegue a refrescar el territorio, provocando altas temperaturas nocturnas.
Así, mientras que el domingo en Castelló de la Plana la temperatura mínima no bajó de los 24,5 grados, los datos recogidos por la Aemet dejan claro cuáles son y dónde están los oasis térmicos donde pese al calor que registran de día, la temperatura cae en picado durante la noche.
Y ese oasis térmico de la provincia de Castelló se encuentra en un pequeño pueblo del Alto Maestrazgo, Vilafranca, cuyos apenas 2197 habitantes pudieron disfrutar de la noche más fresca con una temperatura mínima de 13,7 ºC, que permitió a los habitantes no perder sueño por el calor nocturno.
Cabe destacar que Vilafranca, a pesar de pertenecer a una naturaleza mediterránea, su media de temperatura anual se queda en 10º, con veranos que raramente superan los 20º en temperatura media, siendo así uno de los municipios con menos calor de toda la Comunitat Valenciana.