Els Pelegrins de Les Useres, una tradición religiosa castellonense

Un año más, se ha celebrado el último viernes del mes de abril la festividad religiosa de Els Pelegrins de les Useres. Los 13 peregrinos deben recorrer 35 kilómetros con un desnivel de mil metros, hasta el santuario de Sant Joan de Penyagolosa.Su camino ha comenzado esta mañana, con los peregrinos elegidos por el pueblo mediante un proceso estricto de selección, vestidos con túnicas azules y, en algunos tramos, descalzos. Con el sombrero, el bastón y la vesta, piden salud, paz y lluvia para los meses venideros.Javier Moliner, el presidente de la Diputación de Castelló ha participado en esta tradición religiosa del pueblo de Les Useres, mostrando su apoyo a la festividad e incidiendo en la importancia de su difusión y preservación. “Hoy es un día de agradecer a todos los que trabajan para que esta tradición se refuerce cada año que pasa”.El Gobierno Provincial está muy comprometido en proteger el patrimonio cultural castellonense, difundirlo y conseguir que se convierta en un gran potencial turístico en las próximas generaciones.

La tradición de los peregrinos

Los trece peregrinos representan cada año a los doce apóstoles y a Jesucristo, recorriendo la ruta desde Les Useres hasta el Penyagolosa, pasando por Llucena, Xodos y Vistabella del Maestrat. La tradición de esta romería data del siglo XIV, siempre en el último viernes de abril.Los peregrinos piden agua, cosecha y contra la peste, con prácticamente los mismos rituales desde el principio. El silencio solo se rompe por los cantores de antiguas composiciones medievales, y se permiten unas pocas paradas para acudir a las misas o comer.El momento culminante será el sábado por la mañana, cuando se realiza la ceremonia del Perdón en el santuario de San Juan. El Guía, representando a Jesucristo, pedirá perdón a los peregrinos y les transmitirá unas palabras, antes de volver hacia Les Useres, donde por la noche será la Procesión.En 2016, esta peregrinación fue reconocida por la Generalitat Valenciana como Bien de Interés Cultural Inmaterial. Ahora, la Diputación impulsa su reconocimiento de Patrimonio Mundial Inmaterial por la Unesco.