La provincia de Castellón, a menudo conocida por su costa, esconde en su interior un paraíso montañoso lleno de vida. Entre sierras, valles y barrancos, surgen rutas que combinan el frescor del agua con la belleza del paisaje mediterráneo.
El Salto de la Novia (Navajas)
Uno de los enclaves más populares y espectaculares es el Salto de la Novia, en Navajas. Esta ruta corta, accesible y de gran belleza visual conduce a una cascada de 60 metros que cae sobre el río Palancia. La Cascada del Brazal, alimentada por el Manantial de la Esperanza, ofrece un entorno natural impresionante, ideal para el senderismo y el baño en sus pozas durante el verano.
A menos de una hora en coche desde Castellón, el acceso al Salto de la Novia es sencillo y apto para todos los públicos. Desde el centro de Navajas, se puede llegar caminando en aproximadamente 10 minutos. El sendero está bien señalizado y permite disfrutar de un agradable paseo entre vegetación autóctona y el sonido del agua.
En los alrededores, además de la impresionante cascada, se pueden encontrar otros puntos de interés como la Cueva del Reloj, una cavidad de 210 metros de longitud situada en la parte más alta del monte Rascaña. Frente a su entrada existe una aguja rocosa a modo de minutero. La cueva está deteriorada y apenas iluminada, por lo que solo se permite el acceso con la ayuda de expertos en espeleología.

Ruta del río Carbo (Villahermosa del Río)
En el corazón del Alto Mijares, esta ruta es un tesoro poco explotado. Se accede desde el ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa y sigue el curso del río Carbo, uno de los más limpios y fríos de la provincia. La senda está salpicada de pozas cristalinas donde es posible bañarse en verano. A medio camino, la Cascada del Carbo ofrece una estampa digna de postal, una caída de agua envuelta por musgo y roca caliza. Ideal para quienes buscan una experiencia más inmersiva en plena naturaleza.
A poco más de una hora de trayecto en coche desde Castellón de la Plana, la ruta comienza en la plaza de la Iglesia de Villahermosa del Río, donde se encuentra la Oficina de Turismo. Desde allí, se atraviesa el casco urbano para llegar a una pista que conduce al río. A lo largo del recorrido, se sigue el cauce del río Carbo, cruzándose en varias ocasiones, y se pasa por parajes como los Cantales Pardos, una hermosa poza de agua natural. A unos 3 km, se llega a la Masía Roncales, punto donde algunos visitantes optan por iniciar la ruta tras dejar su vehículo. Continuando el camino, se encuentran antiguos molinos, diversos saltos de agua y pozas como el Pozo Negro. En el punto más alto del recorrido, se puede divisar la cascada entre la vegetación y las rocas. Antes de descender hacia la cascada, hay una señal que indica la desviación hacia el pico Peñagolosa para aquellos interesados en prolongar su excursión. El descenso final lleva directamente a la cascada y su acceso.
El entorno de la ruta se caracteriza por una gran diversidad de especies vegetales y animales, gracias a factores como el tipo de suelo, la orientación y la altitud. El cauce del río está rodeado de barrancos rocosos con calizas que permiten el deslizamiento de las aguas y favorecen la humedad del entorno. El río Carbo, situado a los pies del Peñagolosa, ofrece un paisaje de gran belleza que merece ser protegido y conservado.

El Barranc dels Horts (Ares del Maestre)
Situado en el término municipal de Ares del Maestre, a unos 74 kilómetros de Castellón, el Barranc dels Horts es un paraje natural de gran valor ecológico y paisajístico. Este barranco se extiende en dirección noreste-suroeste a lo largo de aproximadamente 5 kilómetros, con altitudes que oscilan entre los 680 y los 1.160 metros sobre el nivel del mar.
La vegetación del barranco es diversa y está compuesta por especies caducifolias como robles valencianos, arces y servales, así como por especies perennes como encinas, acebos, tejos y sabinas. El sotobosque varía según la altitud: en las zonas más bajas predominan aliagas rojas y romero, mientras que en las más altas se encuentran coscojas, aliagas y erizos. Además, es posible observar otras especies como lavandas, tomillo, salvia, ajedrea, poleo blanco, hiedra y tilos.
Lo más destacable del Barranc dels Horts no es tanto la variedad de especies, sino la calidad y el equilibrio del ecosistema existente. Sobresalen ejemplares centenarios de encinas y robles, que aportan un valor excepcional al entorno.
Para visitar este paraje, es necesario obtener autorización previa de la Fundació Caixa Castelló-Bancaixa, contactando a través del correo electrónico medioambiente@fundacioncajacastellon.es.

Barranco de la Pegunta (Vistabella del Maestrat)
El Barranco de la Pegunta, situado en el Parque Natural del Peñagolosa, en el término municipal de Vistabella del Maestrat, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Castellón, es una microrreserva de flora declarada en 1998 para la conservación de especies botánicas raras, endémicas o amenazadas. Con una superficie de 11,04 hectáreas, es uno de los enclaves de mayor biodiversidad del parque y de la Comunidad Valenciana.
El barranco alberga un arroyo que discurre aguas abajo con curvas sinuosas entre una vegetación exuberante: pinos, tejos, acebos, enebros, arces y cerezos de Santa Lucía, componiendo un paisaje de gran belleza. Generalmente, el cauce del barranco está seco, a excepción de los aportes de dos fuentes que delimitan la microrreserva, y solo en épocas de lluvia o de deshielo se pueden formar corrientes de agua.
El recorrido por el barranco comienza en el aparcamiento de los viveros forestales, a escasos metros del ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa. Desde allí, la senda discurre por el barranco y va paralela a la pista forestal hasta que la cruza. Una vez cruzada la pista, el sendero comienza a tomar una suave pendiente, introduciéndose en el espeso pinar del Barranc de la Pegunta.
A los veinte minutos se llega a la Font Nova de la Pegunta, que en realidad es el rebosadero del depósito de la Font de la Pegunta, la cual se encuentra más arriba siguiendo el sendero. En el espacio comprendido entre las dos fuentes se puede apreciar un cambio en la vegetación: pino albar, cerezo de Santa Lucía, hiedra, majuelo, tejo, acebo, arce, manzano silvestre, rosal silvestre y la campanilla de invierno.
Esta ruta forma parte de la Ruta Roja del parque natural, que dispone de carteles interpretativos de la vegetación más significativa de la microrreserva de flora, con el fin de conocer mejor el alto valor ecológico del lugar.

Consejos y recomendaciones
Antes de lanzarse a cualquiera de estas rutas, conviene consultar la meteorología y llevar calzado adecuado, especialmente en zonas donde el agua puede hacer resbaladizo el terreno. También es esencial respetar el entorno: no dejar basura, no bañarse en zonas prohibidas y evitar el uso de jabones o productos químicos en el agua.
Muchas de estas rutas carecen de cobertura móvil, lo cual suma encanto a la experiencia, pero requiere una buena planificación. En verano, algunas pozas pueden estar más concurridas, por lo que se recomienda madrugar para disfrutar de un entorno más tranquilo.
Un paraíso natural al alcance de todos
Castellón es tierra de contrastes: desde sus playas doradas hasta sus sierras frescas y verdes. Estas rutas muestran una cara menos conocida de la provincia, pero no por ello menos valiosa. Si lo que buscas es caminar entre árboles, seguir el curso de un río y dejarte sorprender por una cascada al doblar un sendero, no hace falta salir del territorio. La naturaleza castellonense ofrece auténticos espectáculos de agua y piedra esperando a ser descubiertos.